Sin duda una de las entradas más populares de este Blog es
La Caducidad de las Bebidas, en la cual múltiples veces me han abordado con sus
dudas y muchas veces tardo bastante en responderlas ya que no siempre recibo
notificaciones de sus comentarios. Por esta razón me decidí a investigar un
poco más afondo para responder a varias de sus dudas.
Para empezar tenemos que entender que el alcohol es un
preservativo por sus propiedades antibióticas, (y esto no quiere decir que tomar
mucho te conserva joven…) entonces a mayor volumen alcohólico de una bebida
menor será la posibilidad de que proliferen bacterias en ella; como regla, un
volumen de alcohol menor a 17% indica que es un medio viable para que un
organismo sobreviva en él. Por ende las bebidas espirituosas tienen un mayor
tiempo de vida que los licores, ya que estos por su contenido de azúcar contienen
lo necesario para alimentar a ciertos seres vivos tanto microbiales como las
levaduras y los multicelulares, como moscas, hormigas, hongos, etc.
Ahora bien, tanto los alcoholes espirituosos, como los
licores, cremas de licor y cervezas tienen factores que les afectan y degradan:
Temperatura
Toda materia orgánica se empieza a descomponer con el
aumento de temperatura, pero el alcohol cambia su volumen y proporción una vez
que llega al punto de ebullición. Para evitar esto hay que mantener nuestras
botellas en un lugar fresco.
Evaporación
El alcohol se volatiza, y como resultado la bebida pierde su
concentración, lo que afecta su sabor aroma y su esterilidad. Esto es
sencillamente remediable asegurándonos de sellar apropiadamente la botella y no
dejándola abierta más de lo necesario.
Oxidación
Al entrar en contacto con el aire, las bebidas alcohólicas (especialmente
el vino y demás bebidas orgánicas) comienzan el proceso de oxidación en sus moléculas,
en moderación, como cuando se decanta un vino puede hacer que se mejore su
sabor y aroma; al oxidarse demasiado las cualidades de la bebida van
disminuyendo. Esto puede ocurrir incluso con la botella sellada, ya que
conforme se va vaciando hay más espacio para el aire y por supuesto oxígeno. La
recomendación seria no dejar nuestras botellas que estén a medias o menos por
meses en nuestras repisas, antes de abrir una nueva botella del mismo tipo es
preferible terminarse la que ya está empezada.
Luz Ultra Violeta
El gran enemigo del alcohol, la exposición a los rayos UV
hacen color de una bebida cambie, pero también su sabor ya que afecta sus moléculas,
desde cierto punto de vista podríamos decir que le da “cáncer” por radiación solar
a nuestras bebidas. Afortunadamente este enemigo es muy fácil de combatir,
basta con mantener nuestras botellas a la sombra.
Cristalización
Todos los licores contienen azúcar en cierta medida y esta
con el paso del tiempo, sobre todo cuando el líquido está estancado y sin
movimiento forma cristales; dentro de la botella se puede apreciar en los
sedimentos que se asientan en el fondo de esta y por fuera en la boca de la
botella, donde la exposición al aire acelera la cristalización. Para evitarlo
hay que limpiar la boca de la botella después de su uso y agitarla de vez en
cuando si va a estar guardada por algún tiempo.
La Infusión del
Corcho
Este es el degradante menos sospechado de esta lista, después
de todo el corcho es para proteger y preservar nuestra bebidas ¿o no? El problema
surge cuando dejamos horizontalmente nuestras botellas mucho tiempo, el líquido
está en contacto con el corcho y este lo impregna de su sabor y aroma
especialmente si ya sido abierta la botella y hay oxigeno presente; esto ocurre
de igual manera si el corcho es plástico o metálico. Mi consejo, al guardar las
botellas horizontalmente, hay que hacerlo de manera que el líquido este en
contacto lo menos posible con el corcho con cierta inclinación.
En la próxima entrada hablaremos sobre algo que me han
preguntado bastante en el pasado el tiempo de vida de las bebidas. ¡Hasta la próxima!