La época navideña siempre ha sido muy especial para mí; es
una época llena de gratos recuerdos, cálidos momentos que forman la idea de lo
que el amor familiar solidifica al finalizar el año y por supuesto, como a todo
niño, me encantaba recibir juguetes, y por supuesto, a todo mundo nos gusta que
nos den regalos. Por esto y más puedo decir sin lugar a duda que es mi época
favorita del año y sé que la de millones de personas también. En todo el mundo,
entre todas las culturas y creencias, la época decembrina evoca sentimientos de
paz y esperanza en los seres humanos, no necesariamente la navidad, sino por
ser el final de un año más en este mundo y porque usualmente todos desean
concluir el año de la mejor manera posible.
Quizás el mayor ejemplo de esto se dio en la víspera de
navidad en 1914 durante la primera guerra mundial cuando entre las trincheras
alemanas inglesas algo maravilloso ocurrió, esto fue resultado de algo mucho más
complejo que simple espíritu navideño reciente mente el canal de YouTube
Extracredits hizo un fantástico video de dos partes al respecto para quienes
quieran entender más, pero en resumen, en medio del frio, el sufrimiento de la
guerra y la tristeza de muchos hombres que pasarían su primera navidad lejos de
sus familias, la llama de la esperanza se encendió entre los distintos frentes
a lo largo de los cientos de kilómetros que comprendía la guerra de trincheras,
soldados de ambos blandos acordaron cese al fuego, intercambiaron saludos
navideños, regalos de navidad improvisados en forma de cigarrillos, pastel de
chocolate o algún otro artículo que tuvieran a la mano, inclusive en algunos
frentes los soldados cambiaron sus armas por balones de foot ball para llevar a
cabo partidos amistosos.
Esta es una historia real, historias a decir verdad, ya que
en muchos sectores lo mismo ocurrió, no en todos con un final feliz
desafortunadamente, pero si con la intensión de acabar con la hostilidad aunque
sea por un instante. Este milagro de navidad fue tan impresionante que muchas
representaciones se han hecho a lo largo de los años, la más reciente en el
especial de navidad de 2017 de Doctor Who, donde el protagonista principal, el
Doctor, lo llama apropiadamente “un milagro humano” ya que no fue la fe de
ninguna religión o una sola creencia o cultura la que lo hizo posible, fue la
idea de que hombres forzados a pelear entre sí por los intereses de otros
podían aspirar a tener calma y tranquilidad en uno de los momentos más
preciados del año. Este milagro jamás se volvería a repetir en toda la
historia, no en la segunda guerra mundial, ni en todas las subsecuentes… ha
habido intentos, menos exitosos o completamente frustrados por los idealismos
ridículos, los ciegos fanatismos, la codicia y la discriminación. Sin embargo
sabemos que fue real en aquella ocasión gracias a las cartas escritas por los
hombres de ambos frentes que narraron el asombro de ver a hombres que en ese
tiempo no conocían otra cosa que el odio y el asesinato se vieron como seres
humanos lo suficiente como para darse un fraternal abrazo y compartir la
alegría de un nuevo día.
Hoy ya no es víspera de navidad, sino víspera de año nuevo y
con ella la oportunidad de que logremos un nuevo milagro, uno que sin duda
necesitamos. No solo por el cese al fuego entre los pueblos que están en
guerra, sino también por un alto al odio que se esparce entre la sociedad; un
freno a la codicia de los políticos que se llenan los bolsillos a costa del
bienestar de su país; un no a la indiferencia ante el sufrimiento no solo de
las demás personas, sino también de todo ser vivo en nuestro planeta, un fin
para la violencia que narcotráfico y el crimen han traído a la vida de muchas
familias y un descanso del enojo y las recriminaciones entre padres e hijos.
Este milagro es posible e igual que en aquella víspera de navidad de 1914 vive
en cada una de las personas parte de los conflictos que aquejan a nuestro mundo
en la actualidad, está ahí, es real y está esperando que lo dejes salir.
Si estás de acuerdo conmigo, comparte este escrito con todos
aquellos que te importen, léelo para ellos, tradúcelo si no está en su idioma, compártela
cada año si es que hace falta, pero sobre todo, haz tuyo este milagro de año
nuevo y mantenlo vivo para que los que están a tu alrededor quieran también
experimentarlo.
Mis mejores de deseos para este año nuevo.
Sinceramente:
Ary Ibarra