Una discusión muy común entre los que beben en especifico cierto licor o aguardiente, es “¿Cuál es mejor?”. A menudo esto lleva a suponer que mientras mas cara sea botella esta será de mayor calidad, y por lo tanto esta será mejor. Por otro lado es muy común ver el mismo tipo de producto de diversas marcas y distribuidoras, y cada uno varia en precio, presentación y variedad. Pero ¿esto realmente cierto?
Empecemos por lo primero que notamos de los productos, su presentación.
Cada botella esta diseñada para apelar al ojo del consumidor, su forma y estructura tiene un propósito comercial y son resultado de gran investigación para lograr la mejor forma posible.
En segundo lugar la procedencia del producto.
Ciertos licores, aguardientes u otros destilados poseen algo llamado “Denominación de origen” es decir que solo pueden considerarse legítimos cuando son elaborados en ese lugar en especifico; Si alguien fabrica un producto idéntico fuera de esa región, no se le puede considerar del mismo tipo. Sin embargo otros productos no tienen esta restricción, por lo que cualquier fabricante puede producirlos, esto se da sobre todo en los licores.
Tercero, la disponibilidad.
Al ser humano le encanta la exclusividad, saber que posee, hace o presencia algo que los demás no pueden; le damos un gran valor a esas cosas que son limitadas, de colección, raras, VIP, etc. Por lo tanto cuando hay un tipo de licor o aguardiente cuya producción es reducida, este adquiere gran valor y es muy apreciado. Esto es muy imperativo en los vinos.
Como cuarto tenemos la calidad.
De marca a marca hay características que varían: el color, el aroma y el sabor fundamentalmente, pero estas características dan paso a otras mas sutiles. Todo depende de cómo lo perciben nuestros 5 sentidos. Con frecuencia se dice que un conocedor es alguien que solo bebe lo mejor, que a probado de todo. Esto no es del todo cierto, conocer una cosa es un termino muy ambiguo; dos personas pueden probar el mismo vino y solo una de ellas distinguir las características que lo definen, esto por los conocimientos adquiridos a través del estudio del vino y un sentido del gusto entrenado apara hacerlo.
Finalmente tenemos el controvertido quinto elemento, el gusto del bebedor.
De la misma manera que tenemos preferencia sobre un color, un aroma o un sabor, estas preferencias se combinan para determinar nuestra predilección por un licor u otro. Por ejemplo, mi padre prefiere el Whiskey Buchanan’s mientras que yo prefiero Vat 69.
La razón de esto tiene que ver tanto con nuestro sentido del gusto como con el entorno que nos rodea, comúnmente experimentamos nuevas cosas por la inducción de las personas con las que más convivimos, esto hace que el medio sea un factor muy importante cuando decidimos lo que bebemos. Así como también el momento en el que tenemos nuestro primer encuentro con un licor o aguardiente. Los humanos recordamos por asociación, cuando un sabor, color o aroma nos evoca a algo agradable, lo mas probable es que le tomemos el gusto a ese elemento y viceversa cuando nos recuerda algo desagradable.
A final de cuentas, lo mas importante es que disfruten lo que beben, sin importar si alguien les llama “poco refinados” o los considera “de mal gusto” por no elegir lo mismo que las masas.
100% de acuerdo
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