sábado, 2 de febrero de 2019

La Caducidad de las Bebidas Parte 2



Sin duda una de las entradas más populares de este Blog es La Caducidad de las Bebidas, en la cual múltiples veces me han abordado con sus dudas y muchas veces tardo bastante en responderlas ya que no siempre recibo notificaciones de sus comentarios. Por esta razón me decidí a investigar un poco más afondo para responder a varias de sus dudas.

Para empezar tenemos que entender que el alcohol es un preservativo por sus propiedades antibióticas, (y esto no quiere decir que tomar mucho te conserva joven…) entonces a mayor volumen alcohólico de una bebida menor será la posibilidad de que proliferen bacterias en ella; como regla, un volumen de alcohol menor a 17% indica que es un medio viable para que un organismo sobreviva en él. Por ende las bebidas espirituosas tienen un mayor tiempo de vida que los licores, ya que estos por su contenido de azúcar contienen lo necesario para alimentar a ciertos seres vivos tanto microbiales como las levaduras y los multicelulares, como moscas, hormigas, hongos, etc.

Ahora bien, tanto los alcoholes espirituosos, como los licores, cremas de licor y cervezas tienen factores que les afectan y degradan:

Temperatura
Toda materia orgánica se empieza a descomponer con el aumento de temperatura, pero el alcohol cambia su volumen y proporción una vez que llega al punto de ebullición. Para evitar esto hay que mantener nuestras botellas en un lugar fresco.









Evaporación
El alcohol se volatiza, y como resultado la bebida pierde su concentración, lo que afecta su sabor aroma y su esterilidad. Esto es sencillamente remediable asegurándonos de sellar apropiadamente la botella y no dejándola abierta más de lo necesario.









Oxidación
Al entrar en contacto con el aire, las bebidas alcohólicas (especialmente el vino y demás bebidas orgánicas) comienzan el proceso de oxidación en sus moléculas, en moderación, como cuando se decanta un vino puede hacer que se mejore su sabor y aroma; al oxidarse demasiado las cualidades de la bebida van disminuyendo. Esto puede ocurrir incluso con la botella sellada, ya que conforme se va vaciando hay más espacio para el aire y por supuesto oxígeno. La recomendación seria no dejar nuestras botellas que estén a medias o menos por meses en nuestras repisas, antes de abrir una nueva botella del mismo tipo es preferible terminarse la que ya está empezada.

Luz Ultra Violeta
El gran enemigo del alcohol, la exposición a los rayos UV hacen color de una bebida cambie, pero también su sabor ya que afecta sus moléculas, desde cierto punto de vista podríamos decir que le da “cáncer” por radiación solar a nuestras bebidas. Afortunadamente este enemigo es muy fácil de combatir, basta con mantener nuestras botellas a la sombra.



Cristalización
Todos los licores contienen azúcar en cierta medida y esta con el paso del tiempo, sobre todo cuando el líquido está estancado y sin movimiento forma cristales; dentro de la botella se puede apreciar en los sedimentos que se asientan en el fondo de esta y por fuera en la boca de la botella, donde la exposición al aire acelera la cristalización. Para evitarlo hay que limpiar la boca de la botella después de su uso y agitarla de vez en cuando si va a estar guardada por algún tiempo.

La Infusión del Corcho
Este es el degradante menos sospechado de esta lista, después de todo el corcho es para proteger y preservar nuestra bebidas ¿o no? El problema surge cuando dejamos horizontalmente nuestras botellas mucho tiempo, el líquido está en contacto con el corcho y este lo impregna de su sabor y aroma especialmente si ya sido abierta la botella y hay oxigeno presente; esto ocurre de igual manera si el corcho es plástico o metálico. Mi consejo, al guardar las botellas horizontalmente, hay que hacerlo de manera que el líquido este en contacto lo menos posible con el corcho con cierta inclinación.


En la próxima entrada hablaremos sobre algo que me han preguntado bastante en el pasado el tiempo de vida de las bebidas. ¡Hasta la próxima!